El concepto de "inclusión social" se ha convertido en una especie de "bálsamo de fierabrás" que habrá de restituir la unidad de un país fracturado en múltiples fragmentos. El futuro ministro de economía del gobierno de "La gran transformación" nos ha recordado que ese concepto se acuñó en el CADE del 2006, en donde los empresarios, preocupados por el susto que en aquella oportunidad les hizo pasar el hoy electo presidente, recomendaron al electo presidente de entonces, "aumentar el gasto social" para incluir a los descontentos.
Hace algunos años, expertos profesionales en la materia , en un estudio sobre EXCLUSION SOCIAL Y REDUCCION DE LA POBREZA EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE, señalaban: "Al observar la pobreza en Anérica Latina, parece obvio que los pobres, especialmente los que se encuentran en extrema pobreza, experimentan algo mas que bajos ingresos. En nuestras sociedades existe una correlación aparentemente fuerte entre la distribución de los ingresos, la incidencia de la pobreza y la raza, la organización social y la cultura".
Los expertos en tema de pobreza olvidan que la economía del sistema mundo funciona como una totalidad; pero sobre todo, olvidan la historia de su origen hace 500 años, y la persistencia de la colonialidad a pesar de los 190 años de república.
En un país como el nuestro, cuyo presupuesto está sustentado en los impuestos a las inversiones extractivas, la propuesta de "crecimiento con inclusión" es contradictoria en si misma por la incongruencia de los conceptos en los que se sostiene. Las inversiones extractivas requieren la concesión de territorios (actualmente está ya concesionado el 18% del territorio peruano), lo que supone desplazamiento de poblaciones, despojo, militarización de las propiedades, criminalización de reclamos, y otros abusos que atentan contra los derechos democráticos de los ciudadanos y de los pueblos. En esas condiciones, ¿puede haber crecimiento con inclusión? Ello va a depender de lo que entendamos por "inclusión".
Hace poco, un histórico luchador por el socialismo decía: "Cuando era joven luchaba por la justicia social...ahora, lucho por la vida. No por mi vida personal que ya se acaba; sino por la vida de quienes están creciendo, pero sobre todo, por la vida de quienes vendrán". Puede parecernos tremendista si lo miramos con los lentes del pensamiento dominante. Pero si lo miramos desde lo que cotidianamente nos ocurre, en especial, desde el mundo rural, la realidad de todos los días nos dice que las cordilleras nevadas se están derritiendo y que pronto no tendrán nieve que abastezca de agua a las lagunas y rios; que los rios se adelgazan y sus aguas bajan contaminadas por los relaves mineros; que los basurales de plástico crecen como plaga por todas partes; que los bosques se van reduciendo y con ello, la fauna y la flora que nos servía de alimento. Ese llamado progreso es una bestia voraz que destruye nuestra forma de vida; que a cambio de televisión, celular e internet, nos deja drogadicción, delincuencia y prostitución. Mirándolo así, entonces, ese progreso es una versión actualizada de la conquista y colonización; pero una conquista y colonización del futuro. De un futuro que solo le pertenece a las generaciones que están creciendo y sobre todo, a las que habrán de venir. Este aparente progreso de hoy, es un despojo, saqueo y destrucción de los elementos que permitirán la vida de las nuevas generaciones: Agua, aire, tierra, alimentos naturales.
Esta colonización del futuro se manifiesta también bajo la forma de "crédito" , que endeuda a la gente a tal punto que solo vive para pagar sus deudas, convirtiéndolas en presas fáciles de las manipulaciones mediáticas. Despojo de territorios, destrucción de la naturaleza, contaminación ambiental y esclavitud de la deuda, son los elementos visibles de este monstruo voraz llamado "capitalismo", que se nos presenta hoy con el evangelio del progreso y su mandamiento de "inclusión social".
Si la idea de "inclusión social" supone la primacía de los mecanismos asistenciales frente al reconocimiento de los derechos ciudadanos y de las culturas hasta hoy subordinadas, podríamos estar entonces frente a un proyecto mas peligroso que el clientelismo fujimorista, pues llevaría al encuadramiento político y a la dependencia económica de una parte de la población con respecto al estado. En realidad, para los grupos de poder la preocupación es la gobernabilidad y no la democracia. No resolver conflictos sino, controlarlos y disiparlos antes de que estallen.
En estas condiciones, la política de "crecimiento con inclusión" solo sería una versión actualizada de los fracasados programas anteriores. Frente a ello, es hora de clarificar las alternativas: ¿Porque es necesario y posible un EXODO?
Como sostienen los expertos del estudio citado inicialmente, la pobreza en nuestros países está relacionada con factores étnico-culturales. Es necesario recordar que "pobreza" es un concepto elaborado por la ideología de mercado en función de la capacidad de consumo. Quienes tienen un modo de vida diferente al estilo consumista dominante, son considerados un obstáculo para el progreso. A pesar de los esfuerzos de los evangelizadores de todos los tiempos, para convertirlos a la religión del consumo, las comunidades andino amazónicas persisten en su cultura.
Para quienes conocemos y valoramos la matriz cultural andina prehispánica, como un aporte para el mundo de hoy que se debate en una crisis civilizatoria, creemos que las resistencias de los pueblos andino amazónicos a las inversiones extractivistas y de infraestructura, son parte de las batallas que la humanidad está librando en defensa de la vida. La historia del pasado andino prehispánico nos enseña que en este territorio, su población organizó un modo de vida capaz de sustentar su existencia en equilibrio con su medio ambiente. Con las tecnologías hoy disponibles que sean amigables con la naturaleza, podríamos construir ese nuevo orden social que necesitamos, apoyándonos en los valores andinos de reciprocidad, cooperación y complementariedad.
Mirando en esta dirección, una política de EXODO consistiría en orientarnos a construir una nueva esfera pública por fuera del domino del mercado y del control del estado, apoyada en unidades productivas organizadas en formas de redes por espacios geográficos complementarios (archipiélagos de control vertical). Las tareas que de ello se deriven, pasan por la construcción de un MOVIMIENTO POR LA VIDA.
Lima, 24 de julio del 2011
CALIXTO GARMENDIA