sábado, 21 de mayo de 2011

RECUPERAR LA MEMORIA HISTORICA

RECUPERAR LA MEMORIA HISTORICA




No hay una sino muchas historias. Depende de quién, porque y para que escribe. En su novela 1984 George Orwell nos cuenta sobre el ministerio de la verdad y su lema: "Quién controla el pasado, controla el futuro; quién controla el presente, controla el pasado". Con ello nos advierte de los riesgos implícitos de toda historia oficial que sustenta el ejercicio de un poder basado en una dominación de cualquier tipo. Frente a ello, en EL MIEDO A LA LIBERTAD, Erich Fromm nos dice que "La Verdad es el arma mas poderosa de los que carecen de poder". Desde esta perspectiva liberadora es que nos proponemos recuperar la verdad de nuestra memoria histórica, de manera que podamos encontrar las raíces de nuestros problemas como nación, entender nuestra realidad presente y construir un horizonte de futuro, alternativo al que nos ofrece el capitalismo neoliberal.


La persistencia, a 10 años del bicentenario de la independencia, de viejos problemas sin solución, obligan a replantearnos temas como los de la Identidad, modernidad y desarrollo, a partir del reconocimiento de nuestra historia y la recuperación de su memoria.


Este territorio y esta forma de existencia social que hoy se llama Perú, tiene una historia extensa, intensa, extraña y trágica. Extensa, porque lleva no menos de 20,000 años de existencia. Intensa, por los muchos momentos críticos que produjeron bifurcaciones respecto de sus trayectorias previas. Extraña, por las persistentes paradojas no resueltas. Trágica, por la frecuencia de las oportunidades perdidas en las que "lo que pudo ser, no fue".



El mundo andino como parte de la historia de América, fue también "el espacio original y el momento inaugural del período histórico que aún vivimos, el de la colonial/modernidad", como lo sostiene Aníbal Quijano: "modernidad y colonialidad" son anverso y reverso de un mismo proceso. La modernidad de Europa se sustenta en la colonialidad de América, a partir de la imposición de un "patrón de poder" que se ha tipificado como colonialidad y que se enraiza en todos los ámbitos de la existencia cotidiana: la producción, el trabajo, el sexo, la subjetividad e intersubjetividad, los horizontes de sentido, etc. Este patrón de poder se asienta en la idea de raza, donde los dominados (indios, negros, no europeos en general) son clasificados como "seres inferiores" a partir de su derrota. Este patrón de poder ha sobrevivido a pesar de las independencias políticas, y habita como fantasma en la conciencia de los dominados, impidiéndoles una clara visión y comprensión de su realidad. De allí, los permanentes fracasos en tratar de ser como los europeos: No podemos ser lo que no somos.

Regionalismo y centralismo



La famosa frase de Valdelomar, "El Perú es Lima, Lima es el jr. de la Unión, el jr. de la Unión es el Palais Concerte, y el Palais Concert soy yo" grafica una visión del centralismo, incluso dentro de la intelectualidad progresista como lo fue el grupo "Colónida". Pero el centralismo no es solo de Lima hacia las regiones. Cada capital de región, de provincia, de distrito, hasta el mas inferior de los niveles administrativos, ejercen también ese centralismo respecto de sus territorios administrados. El centralismo se acentuó a partir de la colonia y durante todo el período republicano ha permanecido como conflicto no resuelto.


Por el contrario, si miramos toda la trayectoria histórica de las culturas andinas, podemos apreciar que hubieron dos momentos de desarrollo y esplendor de los reinos regionales y locales, cuando lograron autonomizarse de la dominación de los imperios Chavin y Wari: Los horizontes intermedios que vieron florecer a los reinos Moche, Chimú, Paracas, Nasca, Tiawanaco, entre otros. La conclusión que se puede obtener es que las poblaciones regionales han persistido siempre en su aspiración de autonomía respecto de cualquier poder central.



La necesidad de un horizonte alternativo

La colonialidad del ser es la internalización de la visión que los dominadores impusieron por la violencia sobre la conciencia de los dominados, deformando su visión de si mismos y de sus semejantes; cuyo efecto perverso fue el sentimiento de inferioridad intelectual, racial, frente a lo europeo o a lo extranjero. Eso es lo que nos hace creer que todo lo que viene de afuera es mejor.

Desde el informe del Club de Roma en los años 70, la humanidad ha visto acrecentarse la contaminación ambiental, el cambio climático, el agotamiento de los recursos energéticos no renovables, la desertificación, la concentración de la población en las ciudades, el agotamiento de las fuentes de agua, entre otros. Hay una conciencia mas clara sobre los límites del crecimiento.


Las tecnologías de información y comunicación han acelerado un proceso de democratización pero que al orientarla a la mercantilización de la vida, al consumo, al afán de lucro y ganancia, han pervertido las relaciones sociales, al punto que la violencia, los tráficos ilegales de todo tipo y la inseguridad, llevan a los estados a imponer leyes de excepción que anulan las libertades civiles y nos devuelven al "estado de naturaleza" que fue el punto de partida del estado moderno.


Finalmente, las mejores promesas del humanismo y la ilustración, surgieron de propuestas como las de Utopía de Tomás Moro, Ciudad del sol de Campanella, desarrollados a partir de relatos de viajeros llegados de América, que describían otros modos de vida que hacían posible la convivencia humana. El relato sobre el modo de vida en las civilizaciones antiguas de América sirvieron como sustento a las visiones de un mundo mejor, al que debía conducirnos el avance de la historia. Hoy podemos constatar que el desarrollo de la modernidad/colonial nos ha llevado precisamente en sentido contrario, pues el mundo de hoy se encuentra en una situación equivalente a la del período anterior a la Paz de Westfalia.


Frente a ello, nos es necesario volver la mirada a la cosmovisión andina, para buscar allí las respuesta que hoy necesitamos. Frente a la razón instrumental del fin que justifica los medios, debemos volver a aquella otra razón, la de los medios que construyen los fines, en tanto estos medios están alineados con la defensa de la vida y el buen vivir de las personas.


El acceso al conocimiento


La colonialidad del saber fue la imposición violenta del conocimiento generado en occidente sobre todas las otras formas saber previamente existentes. Fueron destruidas sus bases materiales y sus portadores, perseguidos e invisibilizados sus productos. Condenados por idolatría. Todo conocimiento que no provenga del saber académico occidental fue desprestigiado. Como dice Arguedas en su famosa CARTA A LOS DOCTORES: "Dicen que ya no sabemos nada, que somos el atraso, que nos han de cambiar la cabeza por otra mejor. Dicen que nuestro corazón tampoco conviene a los tiempos, que está lleno de temores, de lágrimas, como el de la calandria, como el de un toro grande al que se degüella; que por eso es impertinente; Dicen que algunos doctores afirman eso de nosotros; doctores que se reproducen en nuestra misma tierra, que aquí engordan o que se vuelven amarillos."




La epistemología eurocentrada se apoya en la fórmula cartesiana del "Pienso, luego existo", en la que se separa al proceso de conocimiento en sujeto y objeto; al hombre, en cuerpo y alma, y a la realidad en naturaleza y espíritu. En ello se sustenta la creencia en un conocimiento "objetivo, verdadero y universal". A diferencia de ello, la cosmovisión andina considera al hombre como parte de la naturaleza en igualdad de condiciones con los demás seres vivos y los elementos inanimados.


El conjunto de todos y cada uno de los pueblos y naciones andinas, en miles de años construyeron la enorme escalera de su cultura. Todas y cada una de esas conquistas técnicas, organizativas, políticas o sociales habían sido ya dominadas por todas las naciones preincas. El pueblo inca contribuyó colocando el último peldaño autóctono de la cultura andina. Ello constituye un valioso legado apenas conocido que requiere de estudio e investigación, como una forma de replantearnos el acceso al conocimiento.


Las tecnologías andinas prehispánicas


La configuración de su territorio y sus condiciones de adversidad extrema, llevaron al hombre andino a formas de organización social e intercambio, así como a formas de conocimiento y aplicación práctica, que desarrollaron exitosamente tecnologías agrícolas e hidráulicas en perfecto equilibrio con la naturaleza, que recién hoy están siendo revaloradas. La mayor parte de las investigaciones sobre tecnologías andinas prehispánicas, son conducidas por expertos de universidades extranjeras, lo cual evidencia el problema que necesitamos superar: la colonialidad del saber.


Lima, 20 de mayo del 2011


Calixto Garmendia























domingo, 8 de mayo de 2011

DEJAR DE QUERER SER LO QUE NO SOMOS




DEJAR DE QUERER SER LO QUE NO SOMOS

Lima sigue siendo "la vieja Lima virreynal" que tanto añoran los conservadores y reaccionarios de siempre. Si miramos el mapa electoral que se está configurando para el 05 de junio, lo primero que salta a la vista es que la voluntad de Lima podría imponerse a la voluntad de todas las provincias del país: Lima contra el Perú. Pero, ¿que es el Perú?, ¿existe el Perú como nación? ¿que es los que nos identifica como peruanos?

Uno de los hábitos de pensamiento predominante en la idea de "nación peruana" es precisamente la justificación del centralismo y la modernización (estado/mercado), que conlleva entre otros aspectos, la necesidad del autoritarismo de la gestión pública (gobernabilidad) y la jerarquización (exclusión) en el usufructúo de los recursos que el territorio posee, así como la imposición tecnocrática frente al conocimiento popular, tradicional o secular. Esa matriz de pensamiento es la que sustenta políticas como las de "El perro del hortelano" que claramente distingue a los ciudadanos equiparándolos con "amo", "hortelano" y "perros" (inversionistas, estado y ciudadanos de segunda categoría), que es el mejor y mas cercano ejemplo de como un "estado nacional" gestionado por gobernantes elegidos por mayoría limeña, imponen su visión de modernización del país. Es el mismo concepto que subyace en la idea que benevolamente sueña con hacer de este país de "indios y mestizos" una "Suiza democrática" o aquellas otras que hablan de "llevar la civilización a las poblaciones atrasadas", y mas recientemente a la de "lucha contra la pobreza".

Los estudiosos de la realidad peruana se han preguntado siempre por lo que le hace falta al Perú para ser nación y constituir un estado realmente nacional. Ellos asumen el paradigma europeo, constatando que las sociedades europeas si son naciones, si son estados nacionales, si son repúblicas de ciudadanos; pero no han mirado desde sus orígenes, el proceso que los ha llevado hasta allí. Desconocen u olvidan que la modernidad europea es un proceso que nació a partir de la colonización de Anérica, que configuró un nuevo patrón de poder y dominación basado en la racialización de las diferencias sociales, el cual subsiste hasta hoy a pesar de la independencia política de las naciones entonces colonizadas.

La tesis sobre la "colonialidad del poder" cambia la perspectiva de análisis al señalar que el problema radica en la pregunta misma, ya que esta es formulada desde la misma mirada de los dominadores, convirtiéndose en un callejón sin salida para los problemas que se propone resolver. La globalización, afirma Aníbal Quijano, es la culminación de un proceso que comenzó con la colonización de América y la constitución del capitalismo-colonial-moderno como un nuevo patrón de poder mundial, apoyado sobre la clasificación de la población sobre la idea de raza, impuesta por la dominación colonial y la racionalidad eurocentrista (si antes, la tierra era el centro del universo, ahora, Europa es el centro del mundo).

En su propuesta, Quijano señala el "trágico desencuentro entre nuestra experiencia y nuestra perspectiva de conocimiento", que nos impide reconocer las limitaciones y riesgos de los procesos de modernización en curso, por su caracter colonial que vienen de la forma en que nuestros paises están articulados al patrón mundial de poder: "Toda nación es hija del poder, aunque se exprese en sus habitantes como una identidad" (Anibal Quijano: Estado-Nacion, ciudadanía y democracia: Cuestiones abiertas"). Modernidad y colonialidad son anverso y reverso de un mismo proceso. El desconocimiento u olvido del proceso histórico que llevó a Europa a constituirse en el centro y eje de la historia universal es lo que produce ese conocimiento distorsionado e incompleto de nuestra realidad. Por esa misma razón es que Quijano propone que ya es tiempo de "Dejar de querer ser lo que no somos".

Desde esta perspectiva entonces, se hace necesario preguntarnos si acaso el modelo idealizado (estado-nación) y el camino propuesto (modernización) no corresponden a nuestra experiencia social y solo nos pueden conducir a una reconfiguración y perpetuación de la dominación y desigualdad (exclusión) social.

La trascendencia de esta propuesta radica en lo siguiente: El mundo entero y en especial, Europa y Estados Unidos, nos muestran hoy un escenario marcado por múltiples crisis (financiera, laboral, ambiental, energética, alimentaria, de valores, etc.) en el que a pesar de todo el avance científico tecnológico, la inseguridad e incertidumbre van ganando terreno imponiéndose desde el poder, métodos y prácticas antidemocráticas, regresivas y oscurantistas que amenazan con liquidar todo el progreso social (estado de bienestar y libertades democráticas) alcanzado hasta el presente. Todo ello se resume en un agotamiento del paradigma occidental de civilización. Frente a esa situación, la reconstitución de nuestra América es un camino inevitable; y dentro de ello, la reconstitución del mundo andino, a partir de la recuperación de su memoria histórica, re-generando nuestra identidad y ocupando el lugar que nos corresponde en la historia de la producción cultural de la humanidad.

Refiriéndose al visión pesimista de nuestra realidad y al paradigma occidental como modelo, dice Quijano: "Aquí la tragedia es que todos hemos sido conducidos, sabiéndolo o no, queriéndolo o no, a ver y aceptar aquella imagen como nuestra y como perteneciente a nosotros solamente. De esa manera, seguimos siendo lo que no somos. Y como resultado no podemos identificar nunca nuestros verdaderos problemas, mucho menos resolverlos, a no ser de una manera parcial y distorsionada." Afirmando que "En ese sentido, la pretensión eurocéntrica de ser la exclusiva productora y protagonista de la modernidad, y de que toda modernización de poblaciones no-europeas es, por lo tanto, una europeización, es una pretensión etnocentrista y a la postre, provinciana."

Desde esta perspectiva entonces, se nos invita a reconocer nuestra realidad "con nuestros propios ojos", mirándonos en lo que realmente somos, en lo que aquí hubo y puede volver a ser, si lo recuperamos, validamos y actualizamos. Recuperar el tiempo perdido mirando hacia el futuro que le pertenece a las generaciones jóvenes, hoy desorientadas por el afán de lucro, ganancia y consumo, impuesto por un modelo de vida individualista y predatorio que ya no tiene futuro. No es pues una "Utopía arcaica" sino mas bien, una "Modernidad alternativa" nacida desde nuestras raices.

Visto así, no tendrían sentido preguntas como las de "¿En que momento se jodió el Perú?" porque la respuesta sería clara e inequívoca: El Perú se jodió al momento de ser concebido porque fue fruto de un acto violento, porque no todos sus habitantes tuvieron derechos ciudadanos sino hasta la constitución de 1979 (voto de los analfabetos). Del mismo modo, quedarían sin piso las pretensiones excluyentes de quienes pretenden profundizar las diferencias ("Incas si, indios no"), porque la historia del mundo andino es mas antigua y extensa que el breve período del Tahuantisuyo, y se compone de una multitud diversa de pueblos y nacionalidades, que han perseverado siempre en su autonomía e identidad frente a todos los centralismos homogeneizadores.

RECUPERAR NUESTRA MEMORIA HISTORICA: ESA ES NUESTRA GRAN TAREA

Lima, 08 de mayo del 2011

Calixto Garmendia


domingo, 1 de mayo de 2011

EL 1º DE MAYO NO ES UNA FIESTA

EL 1º DE MAYO NO ES UNA FIESTA



No somos mercancía que se vende...somos y seremos lo que queremos ser y no, lo que ellos quieren que seamos...





El 1º de Mayo no pertenece a un país o a un grupo. Nos pertenece a todos quienes con nuestro esfuerzo cotidiano producimos las riquezas y servicios de los que toda la humanidad dispone. Nos recuerda que el ser humano, en cualquier lugar o tiempo, ha deseado siempre un mundo mas justo y mejor para todos, por el que han entregado sus vidas, màrtires como los de Chicago en aquel año 1886. Ese anhelo de un mundo mejor que va desde el reclamo por la mejora de salario, tiempo y condiciones de trabajo, hasta las propuestas de reorganización de la existencia social toda, han movilizado generaciones enteras de trabajadores en todo tiempo y lugar.



Hoy, 125 años después de los sucesos de Chicago, los trabajadores peruanos nos encontramos con nuestros derechos recortados, con desempleo o empleo precario, inestable e incierto. Los cambios ocurridos en la organización del trabajo originados tanto por el desarrollo tecnológico como por la voluntad de los capitalistas de asegurar la rentabilidad de sus inversiones a costa de los salarios, nos obligan a plantearnos nuevas formas de organización que nos permitan no solo sobrevivir sino, construir nuevos cauces de lucha que se vayan constituyendo en alternativas a este modo de vida decadente y salvaje, con su individualismo que nos ha convertido en enemigos competidores entre nosotros mismos, con la ilusión de que cada uno puede convertirse en empresario.


Frente a esta nueva situación no podemos responder con las viejas medidas de lucha. Es necesario recuperar la iniciativa y delimitar nuestro propio territorio de combate: Asumir la producción de bienes y servicios, organizar y gestionar nuestras propias empresas con un criterio radicalmente distinto al de la lógica del capital. El desempleo estructural y la necesidad de crear empleo productivo ha dado origen a que desde distintos lugares, sectores crecientes de trabajadores empiecen a organizarse dentro de lo que se ha venido a llamar ECONOMIA SOLIDARIA que incluye a los "trabajos invisibles" (cotidianos y domésticos), que en conjunto aspiran a constituir el tercer sector de la economía que no sea público ni privado, sino que pertenezca al conjunto de trabajadores que lo integran (PROPIEDAD SOCIAL), como una forma de garantizar la autonomía del trabajo frente al estado y frente al capital.


Esta propuesta del tercer sector, nos exige desarrollar cuatro valores: CONOCIMIENTO, RESPONSABILIDAD, COOPERACION Y RECIPROCIDAD, que serán las bases sobre las que podemos ir construyendo una visión alternativa de nuestra existencia social.

POR EL DESARROLLO DE LA PROPIEDAD SOCIAL NO PRIVADA NI ESTATAL !!!

POR UN PERU NUEVO DENTRO DE UN MUNDO NUEVO !!!

VIVA EL PRIMERO DE MAYO !!!


EN MEMORIA DE TODOS NUESTROS MARTIRES: PRESENTE !!!




Lima, 01 de Mayo del 2011




CALIXTO GARMENDIA