lunes, 30 de abril de 2012

1° DE MAYO: ANTE NUEVOS DESAFIOS, NUEVAS RESPUESTAS…!!!


El presente nos impone urgentes reflexiones que los mártires de Chicago sabrán disculparnos pues, este primero de mayo necesitamos mirar hacia nuevos horizontes que van más allá del derecho al trabajo. No es solo el salario ni las condiciones laborales: Son nuestras condiciones de vida las que nos proponemos defender, amenazadas hoy por las políticas impuestas desde el poder que atentan contra todas las formas de vida.
 
El Día Internacional de los Trabajadores nos encuentra este año, a las fuerzas del trabajo, defendiéndonos del ataque avasallador del comando del capital que pretende imponer el “Nuevo Orden Mundial” diseñado como proyecto de futuro en el que serán resueltas, desde su perspectiva, las crisis que hoy aparecen insolubles para el actual sistema de dominación.

Este proyecto de nuevo orden mundial ha configurado a escala global un proceso de transición hacia dicho orden, caracterizado por la agudización de la lucha de clases mediante una ofensiva sin precedentes, por parte de las fuerzas del capital, no solo contra el trabajo sino también, contra la naturaleza y la vida. Esta ofensiva tiene –entre otras—las siguientes características:

  • Precarización del trabajo, fin del estado de bienestar y desempleo estructural.
  • Despojo de territorios a los pueblos indígenas y comunidades rurales, en favor de los inversionistas, para la optimización de sus negocios.
  • Destrucción de la naturaleza, contaminación ambiental y extinción de biodiversidad, como consecuencia de las inversiones extractivistas y obras de infraestructura, que en nombre de un supuesto “progreso” arrasan con bosques, fuentes de agua y paisajes naturales.
  • Esclavitud del crédito, espoleado por la adicción al consumo que refleja incapacidad de ahorro y una creciente falta de fe en el futuro.
  • Política de terror, impuesta desde el poder en casi todos los países del mundo, con los medios de comunicación a su servicio, para imponer el miedo y un sometimiento cada vez mayor a las fuerzas oscuras del capital, en favor de su proyecto de nuevo orden mundial.
¿En qué consiste este nuevo orden mundial que pretende imponer el comando del capital?

En las crisis de los años 30 del pasado siglo, el fascismo vino a ser el “socialismo del capital”, aludiendo con ello al papel determinante asumido por el estado para restablecer la continuidad de la acumulación capitalista, al agotarse el libre juego del mercado. El “corporativismo estatal” encadena a la fuerza de trabajo, poniéndola a su servicio, eliminando sus posibilidades de autonomía.

De modo equivalente, las metamorfosis ocurridas en los sistemas sociales a partir de los años 70 del siglo pasado, pueden sintetizarse como “comunismo del capital”, en tanto que el sistema ha asumido para sí, pervirtiéndolas, muchas de las promesas comunistas: Abolición del trabajo asalariado, extinción del estado, valorización de todo aquello que torna irrepetible la vida del individuo.

El avance tecnológico que reduce significativamente el tiempo socialmente necesario para la producción de bienes y servicios, ha devenido en desempleo estructural y precarización creciente de los que aún tienen trabajo: Se está aboliendo, perversamente, el trabajo asalariado.

El poder omnímodo de las corporaciones multinacionales y los mercados, van reduciendo la autonomía de los estados nacionales, limitándose a cumplir un rol meramente administrativo de las políticas de acumulación del capital: Se está aboliendo el estado nacional.

La expansión capitalista apunta a colonizar la subjetividad de las personas, necesitando para ello acrecentar y generalizar las condiciones de precariedad de las personas, con el objeto de acelerar la mercantilización global de las relaciones humanas (sociales, interindividuales, grupales, etc): Se pretende poner en valor, la vida misma.

De la mano con el incesante avance tecnológico, la artificialización de la vida va imponiéndose por sobre todas las resistencias, con el argumento del progreso y un futuro donde todo será más fácil y sencillo. El “progreso tecnológico” es el evangelio del dios mercado, en nombre del cual, los inversionistas, como “cruzados” de estos tiempos, han desatado una nueva guerra santa contra todo lo que para ellos significa atraso y pobreza: La ARTIFICIALEZA tecnológica ha empezado a remplazar a la NATURALEZA y a la vida natural. Eso es lo que significa la guerra contra la pobreza: Acabar con lo que ellos califican como “pobres” y con sus fuentes de subsistencia.

La automatización de los procesos productivos va haciendo cada vez más innecesario el trabajo humano; los controles de seguridad e identificación biométrica, los sistemas de vigilancia que han eliminado la privacidad de la vida personal, las armas a control remoto que convierten la guerra y la muerte en un juego macabro, la criminalización de las protestas y la calificación de “terrorista” a quienes se atreven a reclamar, van marcando la ruta del camino que hemos empezado a transitar, convirtiendo al mundo en un inmenso campo de concentración. Estas son las condiciones actuales, que debemos considerar al momento de plantear nuestras luchas.

En estas condiciones, el DIA INTERNACIONAL DEL TRABAJO nos impone una reflexión: ¿Qué podemos celebrar si las derrotas nos amenazan por todas partes? En el Perú, en América y el mundo, están doblando las campanas porque la muerte va avanzando al ritmo de las inversiones y el consumo desmedido, para que la bestia del capital siga creciendo. Es tiempo de decirles ¡¡¡BASTA!!!

Sigamos el ejemplo de los pueblos indígenas y comunidades campesinas que resisten defendiendo sus tierras, los bienes comunes, la vida buena; y en esa lucha, están defendiendo a toda la humanidad: Están defendiendo el agua, el aire, la biodiversidad, que son patrimonio de TODOS y no pueden ser convertidos en mercancías.

La defensa de los bienes comunes y el proyecto del Buen Vivir, son hoy, las banderas que nos permitirán reagrupar nuestras fuerzas y enfrentar con posibilidades de victoria a las fuerzas del capital. Tenemos pues, dos lógicas, dos visiones opuestas, irreductibles e irreconciliables. Una –dominante—que dice: los seres humanos son mercancías, bienes de uso para la economía global. La otra, nuestra visión insiste: las mujeres y los hombres somos personas con necesidades -materiales y sociales- y, por lo tanto, con derechos orientados a la sostenibilidad de la vida. Nuestra lucha es POR LA VIDA.
 
¡¡¡ VIVA EL 1° DE MAYO !!!

¡¡¡ CONGA NO VA !!!

Lima, 30 de abril del 2012

Calixto Garmendia
































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